La hibernación es un periodo de letargo que se da en diferentes especies en periodos desfavorables en las que los individuos ralentizan sus procesos fisiológicos y metabólicos a niveles mínimos como consecuencia de estas condiciones, volviendo a la normalidad cuando los factores climáticos vuelven a ser favorables, apareciendo la actividad propia de la especie en cuestión.
Debido a las bajas temperaturas que se alcanzan a finales de otoño el caracol comienza a buscar refugio enterrándose en suelos blandos. Dejando de comer y desprendiéndose de los residuos entra en este periodo de latencia disminuyendo poco a poco sus signos vitales hasta niveles mínimos.
En esta fase se produce la aparición de un epifragma (capa polisacarídica) que cubre la abertura de la concha aislando al individuo del exterior. Tras ello se oculta bajo tierra resguardándose de temperaturas de congelación.
Según la temperatura y condiciones locales en las que nos encontremos, este periodo se adelantará o retrasará. Es por ello que se de una parada en la actividad de los caracoles a causa de las heladas y demás cambios climáticos comunes de este periodo.
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